miércoles, 13 de octubre de 2010

Por las calles de Florencia


- ¿Y no sabes quién es Geppeto? Mira, al parecer Geppeto pasó dos meses viviendo en el vientre de una ballena, comiendo pescado crudo y haciendo trampas mientras jugaba al solitario. Y cuando ya había perdido las esperanzas de volver a ver la luz del sol, resultó que la ballena se encontró con un barco lleno de japoneses siempre dispuestos a violar las leyes internacionales. Aquellos simpáticos japoneses pescaron a la ballena y al abrirla se encontraron con Geppeto, que automáticamente recibió una somanta de palos al ser confundido con un activista de Greenpeace.

Cuentan que días más tarde, Geppeto despertó en un hospital en Tokio y se apresuró a llamar por teléfono a Florencia para tener noticias de Pinocho. Y claro, como suele ocurrir en los cuentos morales, se topó con un final previsible. Disculpa, pero te aclaro que yo conocí a Pinocho y no lo extraño ni un poquito... Y digamos que Pinocho, pues fue víctima de su libertad. Se transformó en un desenfrenado muñeco sexual que terminó consumido en la hoguera de la soledad, el alcohol y las drogas.  

Como puedes suponer, esta moraleja asquerosa y bobalicona no le agradó a Geppeto. Alguien me contó que pasó un año bajo la tutela de psicólogos japoneses hasta que superó el shock y aceptó, al fin, que las hadas madrinas, los grillos que hablan y los niños de madera nunca habían existido. Luego, se dice que abandonó el hospital y que se dedicó al estudio intensivo del karate y el kendo.

Y después, ¡zaz!... Desapareció como una hoja llevada por los vientos del otoño.

Hasta ahora… O mejor dicho, hasta hace tres días. 

Fíjate, por las calles de Florencia no se habla de otra cosa: Geppeto, un vecino al que habíamos olvidado, de pronto vuelve como un noble anciano que saluda a los niños, que golpea a los maleantes y que destroza los bares y las casas de los mafiosos como si fuera el diluvio. Es un héroe y además, tiene una misión: se comenta que allí por donde pasa, Geppeto pregunta por una mujer, una tal "hada madrina". 

- Quiere matarla. – Dicen algunos.
- Es un abuelo fisiculturista y narco. – Dicen otros.
- Y yo, humildemente, pienso que Geppeto es un pobre viejo frustrado, terco y machista. Si la policía no lo detiene es porque Geppeto lleva tres días haciendo el trabajo sucio que ellos no se atreven a hacer. Y la gente quiere a Geppeto, bueno, porque es bonachón, maleducado y porque dice que no es facha. Pero esto se acabará mañana o pasado, ya verás, cuando le pegue una patada a un policía o cuando se encuentre con su hada madrina...- Dijo el taxista mientras me entregaba el cambio.

Bajé del taxi y me quedé un rato pensando debajo de un pórtico. Me abrí la chaqueta y comprobé el estado de mi barita mágica. La lluvia golpeaba las calles de Florencia. Sentí un ligero escalofrío cuando abrí el paraguas y me fui caminando como si supiera a donde ir.



4 comentarios:

Adriana dijo...

genial Juan!, me encanta...

Anónimo dijo...

Un ciudadano de orden, el señor Gepeto. Pobre Pinocho: estaba visto que iba a acabar así.
Felicidades, caballero. Otro acierto.

TORO SALVAJE dijo...

Que hacía Geppeto dentro del vientre de la ballena?

Ahí hay una historia oscura por desentrañar.

Saludos.

Juan Ignacio dijo...

Adriana, Paseante...

¡Gracias!

Toro:
El vientre de la ballena es la odisea (en sentido homérico) que se inventó Colodi como viaje para Geppeto. Llega hasta allí buscando a su hijo, igual como le ocurrirá al papá de Nemo en la película de Pixar. Y sí, todo es glosa de la glosa de la glosa...

Abrazote!